Cuando de nuestro amor la llama apasionada dentro tu pecho amante contemples extinguida, ya que solo por ti la vida me es amada, el día en que me faltes, me arrancaré la vida. Porque mi pensamiento lleno de este cariño, que en una hora feliz me hiciera esclavo tuyo, lejos de tus pupilas es triste como un niño que se duerme, soñando en tu acento de arrullo. Para envolverte en besos quisiera ser el viento y quisiera ser todo lo que tu mano toca; ser tu sonrisa, ser hasta tu mismo aliento para poder estar más cerca de tu boca. Vivo de tu palabra y eternamente espero llamarte mía como quien espera un tesoro. Lejos de ti comprendo lo mucho que te quiero y, besando tus cartas, ingenuamente lloro. Perdona si no tengo palabras con que pueda decirte la inefable pasión que me devora; para expresar mi amor solamente me queda rasgarme el pecho, amada, y en tus manos de seda dejar mi palpitante corazón que te adora. |
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