Si queréis bullicio,aunque bullicio moderado y tranquilo y cotidiano
y casi diré doméstico, bullicio como aquel con que los niños llenan
un hogar, acudid en esta ciudad de Salamanca a su hermosa Plaza Mayor,una de las plazas más armoniosas...,una plaza cuadrada con sus
soportales y toda llena de aire y de luz...
Y no creáis que con todo eso sea ésta una ciudad muerta que sólo vive de su pasado y de sus recuerdos de gloria, no. Es una ciudad que crece aunque lentamente;una ciudad que se extiende su comercio y,aunque en menor escala,también su industria y su agricultura.Crece sin ruido y sin fantasía.
Y una ciudad alegre, íntimamente alegre.No juzguéis por mí ni atribuyáis a Salamanca eso que algunos llaman, no sé bien por qué,
*misantropía. Aquí la gente murmura como en todas las ciudades pequeñas y también en las grandes,pero murmura de todo, unas veces de lo chico,otras de lo grande,unas de lo humano y otras de lo divino.
1961 Texto de Miguel de Unamuno
* Rechazo,aversión al trato con los demás
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