Cuando tu blanca frente yo ceñía
de yedra azul y de encarnada rosa;
cuando en el fértil prado y selva umbrosa
mil cariños y muy dulces te decía:
cuando de agreste flauta me servía
para cantar tu cara milagrosa;
cuando en nuestra cabaña venturosa
me nombraba por tuyo,y tú por mía;
cuando.... mas no, no quieras,Clori amada,
que refiera más gustos,pues no intento
que gima la memoria lastimada.
Iba a decirte que en aquel momento
que recuerdo la vida ya pasada,
no sé cómo no muero de tormento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario