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martes, 13 de octubre de 2015

Sonetos de Luis de Sandoval y Zapata

I

El Astro de los Pájaros expira,
aquella alada eternidad del viento,
y entre la exhalación del monumento
víctima arde olorosa de la pira.

En grande hoy metamorfosis se admira
mortaja, a cada flor más lucimiento:
vive en el Lienzo racional aliento
el ámbar vegetable que respira.

Retratan a María sus colores;
corre, cuando la luz del solo las hiere,
de aquestas sombras envidioso el día.

Más dichosas que el Fénix moris, Flores:
que él para nacer pluma,polvo muere;
pero vosotras, para ser María.



II


Materia que de vida te informaste,
¿en cuántas metamorfosis viviste?
Ampo oloroso en el jazmín te viste,
y en la ceniza pálida duraste.

Después que tanto horror te desnudaste,
rey de las flores púrpura vestiste.
En tantas muertas formas no moriste;
tu ser junto a la muerte eternizaste.

Que discursiva luz nunca despiertes,
y no mueras al ímpetu invisible
de las aladas horas homicida.

¿Qué,no eres sabia junto a tantas muertes?
¿Qué eres, naturaleza incorruptible
habiendo estado viuda a tanta vida?



III


Aquí yace la púrpura dormida;
aquí el garbo, el gracejo,la hermosura,
la voz de aquel clarín de la dulzura
donde templó sus números la vida.

Trompa de amor, ya no a la lid convida
el clarín de su música blandura;
hoy aprisiona en la tiniebla oscura
tantas sonoras almas una herida.

La representación,la vida airosa
te debieron los versos y más cierta
tan bien fingiste -amante,helada,esquiva-,

que hasta la Muerte se quedó dudosa
si la representante como muerta
o si la padeciste como viva.


IV

Blanca Azucena que alumbraste el prado
desplegando tu espíritu flamante:
fuiste al Alba verdor y al Sol diamante,
con voz de aire ruiseñor nevado.

Oro marchito, si cristal ajado,
polvo de nieve fue la luz brillante;
para buscar el monumento errante
está lo bello de tu ser alado.

¡Oh en poca plata cándido diluvio!
Un enemigo a tu beldad esquivo
hallaste en el pimpollo que rompiste;

y con la luz de ese veneno rubio,
y con el oro,aun cuando estaba vivo,
la deuda del morir no redimiste.


V

Iluminando el Occidente estaba
quien para Oriente de beldad nacía.
Por detener lo que a espirar corría,
la esfera de ese Ocaso el Sol buscaba.

Yo,que en el Occidente luz rondaba
que un morir enamorado ardía
El último período de mi día,
luna era,que mi día,
luna era, que vida madrugaba.

Desde Occidente estás al Sol ganando
él da heridas fatales furtivo,
tú das inmóvil de salud heridas.

Orientes para piras está dando;
y tú desde el Ocaso, Sol más vivo,
estás enamorado para vidas.


VI

Vidrio animado, que en la lumbre atinas
con la tiniebla en que tu vida yelas,
y al breve punto de morir anhelas
en la circunferencia que caminas.

En poco mar de luz ve oscuras ruinas.
Nave que desplegaste vivas velas;
la más fúnebre noche que recelas
se enciende entre la luz, que te avecinas.

No retire tu espíritu cobarde
el vuelo de la luz donde te ardías;
abrásate en el fuego que buscabas.

Dichosamente entre sus lumbres arde:
porque al dejar de ser lo que vivías,
te empezaste a volver en lo que amabas.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                






































Luis de Sandoval y Zapata

     (Siglo XVII)


Mas Información 




http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=sandoval-y-zapata-luis-de

http://ru.ffyl.unam.mx:8080/bitstream/10391/3802/1/02_ALH_2011_Olivares_25-51.pdf

http://ru.ffyl.unam.mx:8080/bitstream/10391/3873/1/M%C3%A1s%20sonetos%20emblem%C3%A1ticos%20de%20Sandoval%20Zapata%20-%20Roc%C3%ADo%20Olivares.pdf


http://cvc.cervantes.es/literatura/criticon/PDF/103-104/103-104_233.pdf

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