Esos suspiros, desvelos,
sobresaltos, fantasía,
son los celos de la poesía
y de la música celos.
Mira tú qué dardanelos
en mi garganta, qué anginas,
sí por ser ellas divinas
y tú demasiado humana,
a la una y otra hermana,
aquí mi pecho asesinas.
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